Historia de Castillazuelo

El territorio que hoy forma el término municipal de Castillazuelo fue habitado (en mayor o menor medida) por el hombre desde tiempos prehistóricos al igual que en época de íberos o romanos, como se desprende de algunos hallazgos.
Pero el origen de Castillazuelo está sin duda en el castillo que todavía, y enmascarados por reformas posteriores, conserva restos de la primitiva fortaleza medieval. Sillares con marcas de cantero, la base de una torre con planta cuadrangular y estructuras de una iglesia románica sobreviven como testigos de una época que vio nacer a este pueblo.
Reconquistado por Pedro I a finales del s. XI, fue dado en tenencia a un caballero llamado Barbatuerta, cuyos descendientes adoptaron el topónimo "Castellazol" como nombre de familia, llegando a ser de los linajes más ilustres en el Aragón de los siglos XII y XIII. Sus miembros aparecen con frecuencia como fedetarios en documentos reales, fueron tenentes de las ciudades más importantes del Aragón medieval, y ostentaron altos cargos en el gobierno del reino.
A partir del siglo XIV pasó a ser lugar de señorío. Estuvo incluido en la baronía de Hoz, fueron sus dueños unos mercaderes genoveses, y perteneció durante dos siglos a la familia Luzán, entre otras vicisitudes.
Una fecha importante es la del 19 de marzo de 1531, día en que los entonces señores, Dª. Juana de Rocabertí, baronesa de Hoz y su marido D. Luis de Lacerda, otorgaron una escritura de nueva población de Santa María de La Puente o Castillazuelo el bajo. Mandaron construir 26 viviendas para acoger a los nuevos pobladores, ubicándolas al pie del castillo, al otro lado del río, emplazamiento que se corresponde con el actual Castillazuelo.
A vista de pájaro sorprende su singular estructura urbanística que dibuja una amplia plaza mayor, rectangular en su origen, de la que nacen cuatro calles formando una perfecta cruz latina. La misma plaza acoge la actual iglesia parroquial que bajo la advocación de San Salvador fue construida a comienzos del siglo XVIII.